sábado, 2 de abril de 2011

"A la deriva"


A la deriva
[Cuento. Texto completo]
Horacio Quiroga
El hombre pisó algo blancuzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.
-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame caña1!
Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno.
-¡Te pedí caña, no agua! -rugió de nuevo-. ¡Dame caña!
-¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer, espantada.
-¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!
La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.
-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.
Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.
Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentose en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.
El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito -de sangre esta vez- dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.
La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.
La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.
-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.
El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.
El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.
El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.
El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.
¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.
De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho.
¿Qué sería? Y la respiración...
Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...
El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.
-Un jueves...
Y cesó de respirar.
FIN

1. Caña: Aguardiente destilado de la caña de azúcar.

EPISODIOI III "AGAMENÓN"

  EPISODIO III “AGAMENÓN”

CORO

¡Oh rey! ¡Oh destructor de Troya! ¡Oh hijo de Atreo!
¿Cuál será mi saludo? ¿Cómo honrarte,
Sin que al justo homenaje en nada exceda,
Sin que al debido honor en nada falte?
Desdeñando lo justo, muchos hombres
más lo aparente que lo real estiman.
Prontos  siempre a llorar con el que sufre
jamás empero al corazón les llega
el dardo del dolor.  Falso contento
con los dichosos fingen, y a la risa
violentan el semblante.  Mas no engañan
al buen pastor que su redil conoce
aquellos ojos que bondad mintiendo
con amistad espuria lisonjean.
En cuanto a mí, cuando de aquí por causa
de una mujer llevaste a los argivos,
censuré tu imprudencia, no lo niego.
Ni el timón de tu mente bien registe,
cuando de tus guerreros  moribundos,
con cruento sacrificio
reanimaste el valor.
                      Gracias al cielo,
ya todo terminó; y a los amigos
que su labor desempeñar supieron
de corazón y con amor saludo.
-Sabrás más tarde, si saberlo quieres
quiénes las leyes de Argos han violado
quiénes conforme a la equidad vivieron.

AGAMENÓN (desde su carro)

¡Para vosotros mi primer saludo,
oh Argos, mi ciudad, oh patrios dioses,
que mi vuelta y de Ilión la justa pena
quisisteis amparar!
Enmudecieron
acusador y reo, y la justicia
dictó su fallo.  En la cruenta urna
sin que ninguno discrepase, todos
voto de muerte contra Ilión echaros.
A la otra, tan sólo la esperanza
llevó su mano ¡y la encontró vacía!
Aún muestran los humos del incendio
do la ciudad se alzó.  Allí de Ates
no duerme aun la tempestad; y en densos
vapores las cenizas moribundas
al cielo lanzan los postreros restos
de un antiguo esplendor.
Por tales dones
demos  gracias a Zeus, y sus mercedes
no olvidemos jamás.  Aprisionados
en red de muerte, los troyanos fueron;
y por una mujer, el monstruo argivo
a Ilión redujo a polvo.  De un caballo
salió la armada gente, y en la hora
que a su ocaso las Pléyades se inclinan
con fiero salto a la ciudad se lanza.
El hambriento león salva las torres,
y sangre real hasta saciarse bebe.

Lo dicho,  para el cielo. –Tus razones
frescas aún en mi memoria viven;
contigo pienso y tu discurso aplaudo.
Si; que la dicha del amigo pocos
muy pocos, sin envidia la celebran.
Es de negra ponzoña inficionado
el corazón que de ese mal padece,
y doble sufrimiento le devora:
le abruma el peso de sus propios males,
al ver la ajena bienandanza gime.
Harto bien que lo sé, pues muchas veces
vana semblanza vi, sombra de sombras
en la humana amistad.  Tan sólo Ulises,
con ser que se embarcó mal de su grado,
conmigo marchó siempre uncido al yugo;
ya viva, ya esté muerto, lo declaro.
Cuanto a la patria y a los dioses mira
en pública asamblea trataremos.
Que lo bueno se afirme y perpetúe
cuidaremos allí.  Si algo nocivo
remedio pronto y eficaz reclama,
fuerza es que al hierro o la llama ceda
el contagioso mal.
 Al techo amado,
al dulce hogar entremos: y a los dioses
que mi partida y vuelta protegieron,
mi diestra elevaré.  Fiel y constante
siguió siempre mis pasos la victoria
¡constante y fiel en adelante sea!

                                             (sale Clitemnestra)

CLITEMNESTRA

Ciudadanos de Argos venerables,
mi conyugal amor ante vosotros
sin rubor mostraré; que con el tiempo
la cortedad del ánimo se pierde.
De mi misma aprendí, no de otro alguno,
la triste vida que narraros quiero,
larga, en verdad, cual los eternos años
que éste en Ilión pasó.
¿Habrá, decidme,
infortunio mayor para una esposa
que vivr sola, en el hogar desierto,
lejos de su marido, y de continuo
por siniestros rumores angustiada?
¡Si un mensajero de desdichas llega,
otro no tarda en anunciar mayores!
A ser tantas de este hombre las heridas
cuantas la fama a mis oídos trajo,
más perforado que una red le viera.
Si tantas veces muerto hubiera sido,
cuantas aquí mintieron los rumores,
segundo Gerión de triple cuerpo
gloriarse pudiera de que en vida
tres túnicas vistió ( de la que todos
bajo tierra llevamos nada digo),
y que tres formas y tres muertes tuvo.
Por causa de esas  nuevas ¡cuántas veces
al cuello un nudo eché, que ajenas manos
vinieron a romper a pesar mío!
Y por eso también, tu hijo Orestes
de nuestra mutua fe prenda querida
ausentarse debió.  Mas, no te asombre,
pues Estrofio el focense, nuestro huésped,
educándolo está.- Doble desgracia
hízome ver Estrofio: tus peligros
en Troya, y el temor de que al Consejo
populares tumultos derribaran;
que es propia condición de los humanos
pisotear al caído.- Tales fueron,
sin sombra de falsía, mis razones.
Ya del llanto secáronse las fuentes;
no queda ni una lágrima en mis ojos.
¡Cuánto han sufrido en las insomnes noches
llorando por tu amor esas señales
aguardadas en vano!. Si dormía,
de un zumbador mosquito el ruido leve
con súbito terror me despertaba,
y amenazado entonces por mayores
males que los soñados te veía.
Mas, después de sufrir como he sufrido,
de cuitas libre ya, decirte puedo:
¡Eres el perro del redil, oh esposo,
el cable salvador de aquesta nave,
de esta noble mansión firme columna,
lo que el único hijo es para un padre,
tierra que al nauta inesperado luce,
después de la tormenta claro día,
de frescas aguas cristalinas fuente
para el sediento viajador!
                             ¡Cuán grato
es verte ya de esos azares libre!
Digno en verdad de aquellos nombres eres,
y nadie a mal los tome, que sobradas
congojas he sufrido.
                             De ese carro
desciende, dulce dueño; mas, no en tierra
poses ¡oh rey! las victoriosas plantas
que a Troya pisotearon.  ¡Ea!, siervas,
¿qué tardáis en cumplir lo que os incumbe,
y tender de tapices el sendero?
¡Cubra al punto la púrpura el camino;
y la mansión que verle no esperaba
acoja al rey cual la justicia pide!
Quede a mi celo vigilante el resto;
con el favor y amparo de los dioses
cumpliré los decretos del Destino.


AGAMENÓN

Hija de Leda, guarda de mi casa,
largo cual mi ausencia fue tu discurso.
Si alabanzas merezco, de otros labios
debieran proceder.  NO muellemente
como a mujer me trates; ni con gritos
discordes y serviles homenajes
a modo de rey bárbaro me acojas;
ni tendiendo de alfombras mi camino,
hacer mi entrada aborrecible quieras.
A los dioses reserva esos honores;
mas yo, mortal, sobre preciosas telas
jamás mis plantas sin temblar pondría
honores de hombre, no de numen quiero.
Para ser aclamado por la fama,
no he menester de púrpura ni alfombras,
y un corazón prudente es de los dioses
el mas precioso don.  Afortunado
sólo es aquel que en apacible dicha
su existencia consuma.  Sea siempre
cual ésta mi conducta, y nada temo.

CLITEMNESTRA

A mi justo querer no te resistas.

AGAMENÓN

No mi querer quebrantaré, por cierto.

CLITEMNESTRA

¿Por  temor a los dioses lo juraste?

AGAMENÓN

Bien sé al obrar así por qué lo hago.

CLITEMNESTRA

Príamo vencedor, ¿qué hubiera hecho?

AGAMENÓN

El purpúreo tapiza hollado habría.

CLITEMNESTRA

No  las censuras de los hombres temas.

AGAMENÓN

Temo del pueblo provocar las iras.
CLITEMNESTRA

Envidiable no es el no envidiado.

AGAMENÓN

Ni es propio de mujer buscar disputa.

CLITEMNESTRA

No deshonra ceder al victorioso.

AGAMENÓN

¿Vencer en esta lid en tanto estimas?

CLITEMNESTRA

¡Déjate, oh rey, vencer;  cede a mis ruegos!

AGAMENÓN

Cederé, pues  lo exiges. - ¡Ea!, siervas,
al punto desatad este  calzado,
esclavo de mis pies. ¡Con tal que un numen,
al ver que alfombras purpurinas huello,
no lance sobre mi desde el Olimpo
la ira de sus ojos! – Me avergüenza,
tan noble y valiosísimo tesoro
con mis plantas dañar. – Mas de esto basta.
Acoge con bondad a la extranjera.
Al señor que gobierna con dulzura
propicio mira Zeus, pues del esclavo
nadie lleva contento el duro yugo.
De entre muchos despojos escogida,
esta cautiva que conmigo viene
es la flor del botín, don de la armada.
-Pues con tus ruegos mi temor  venciste,
pisando sobre púrpuras entremos.

CLITEMNESTRA

El vasto mar -¿Quién agotarlo puede?-
la púrpura preciada
en abundante y siempre nueva copia,
para teñir estas alfombras cría.
Nuestra casa, ¡oh señor!, tales tesoros
gracias al cielo en abundancia guarda,
y lo que es indigencia nunca supo.
¡Qué de ricos tapices, dueño mío,
bajo mis plantas destrozar jurara,
si tal precio a tu vuelta  y a tu vida
la voz de algún oráculo pusiera!
Pues, mientras vive la raíz, retoña
el follaje, y del fuego del estío
su sombra el techo del hogar ampara.
Y vuelto tú al hogar, es tu presencia
rayo de sol que en el invierno abriga;
frescor que refrigera cuando Zeus
el vino cuece en las agraces uvas.
-Consuma, Zeus consumador, mis votos;
lo que has dispuesto en consumar no tardes!

         (Vanse Agamenón y Clitemnestra)




LITERATURA BÍBLICA

FICHA AUXILIAR PARA EL ESTUDIO DE LITERATURA BÍBLICA



Características del pensamiento religioso hebreo.

El contenido principal de la Biblia está constituido por el pensamiento religioso del pueblo hebreo, por ello es importante ver algunas de su características.

MONOTEÍSMO: Como lo indica el término , el pueblo hebreo creía en la existencia de un solo Dios.  No obstante ello, hay algunas teorías que afirman que el monoteísmo fue el resultado de una evolución pues se considera que este pueblo fue primero IDÓLATRA y POLITEÍSTA; luego fue ENÓLATRA (culto al dios del pueblo, religión nacional) y finalmente se constituyó en MONOTEÍSTA.

ALIANZA: Con frecuencia en los textos bíblicos se encuentra la expresión: “Israel es el pueblo de Yahvé (uno de los nombres que recibe Dios).  Esta afirmación descansa en la idea de que entre el pueblo hebreo y Dos existe un pacto o alianza que implica compromisos de ambas partes..
A)- De parte de Yahvé implica protección y ayuda constantes.  Esto queda simbolizada en la promesa de un territorio para el pueblo hebreo llamado comúnmente: “la tierra prometida”.
Por otro lado Yahvé promete una descendencia numerosa y el señorío o dominio sobre las demás naciones.
B)-De parte del pueblo hebreo hay un compromiso de fidelidad y acatamiento de la voluntad de Yahvé.  La primera vez que este pacto se lleva a cabo es a través de Abraham.
Esta alianza se representa a través del rito de la circuncisión que vierte la sangre del varón y que significa que los descendientes de Abraham aceptan su obligación frente a Dios.
Este pacto se formula por segunda vez en Egipto, en el monte Sinaí y finalmente habrá de renovarse por tercera vez con el advenimiento de Jesús en donde los privilegios que antes se otorgaban a Israel abarcarán a toda la humanidad.

MORAL: La religiosidad hebrea consta de una serie de leyes de alto contenido moral.  Yahvé como creador del hombre tiene derechos sobre él, es legislador y su ley es considerada sagrada y conveniente para el individuo y la sociedad.
Los principales preceptos morales incluidos en los diez mandamientos son: honrar a los padres; la prohibición de matar; fornicar; mentir; robar; calumniar; y codiciar los bienes ajenos, entre éstos, la mujer del prójimo.
Este decálogo moral rige para hebreos y cristianos.

MESIANISMO: Este comprende dos ideas fundamentales: A) la del futuro advenimiento del Mesías y  B) el papel rector de Israel sobre los demás pueblos.
Ya desde el comienzo de los textos bíblicos se habla de que de la descendencia de Abraham llegará un salvador para renovar la alianza pero en este caso con toda la humanidad.
Ese salvador redimirá con su sacrificio a toda la humanidad.
Coexisten dos visiones de ese Mesías anunciado.  Por en lado es presentado como un rey invencible, dominador de pueblos, o como sacerdote y víctima redentora de la humanidad.
Cuando aparezca la figura de Jesús, habrá de producirse una profunda división dentro de la comunidad hebrea.  Unos la identificarán con el mesías esperado y darán origen a la doctrina cristiana y otros verán en él a un impostor.

CULTO: Si bien al principio  la religión hebrea practicaba un culto individual, luego se trata de una liturgia oficial y codificada.  Existe una tribu, la de Levi, destinada exclusivamente al culto; una familia, la de Aarón, de la que surgen los sacerdotes a lo largo de las generaciones; un templo en Jerusalén y un culto único con sus rituales particulares.
Entre las festividades destacamos: el descanso del sábado para honrar a Dios, la pascua que recordaba cuando el pueblo hebreo debió huir de Egipto, Pentecostés que conmemoraba la promulgación de la ley.


LOS NOMBRES DE DIOS.

Los nombres son Yahvé, Elohim, Adonai y algunas veces El Sadday.
Según tradición hebrea, habría un nombre secreto de Dios, el verdadero, que no se pronunciaba sino una vez al año, por el Sumo Sacerdote, en el día de la expiación.
Yahvé equivale a “soy el que soy” o “el que es”, y así se presentó dios a Moisés y es el más usado.



BIBLIA.  ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO.

La palabra “biblia” procede de la lengua griega y significa “los libros”.
De acuerdo a lo expresado anteriormente, podemos afirmar que la biblia es un conjunto de libros considerados sagrados por vastas civilizaciones.
Tanto para la comunidad judía como para la cristiana, el Antiguo Testamento es considerado sagrado.  Los judíos sólo toman como sagrado el antiguo testamento y los cristianos le dan ese carácter tanto al antiguo testamento como el nuevo.
No obstante ello no se puede afirmar que todo el material que la biblia contiene sea de carácter religioso, pues en ella aparecen: leyes civiles, censos, genealogías, actos administrativos, etc.
Tampoco se la puede considerar una obra literaria en el estricto sentido de la palabra , puesto que su finalidad es sobre todo didáctico, más allá de que existan en ella pasajes de indiscutido valor literario.
El carácter sagrado de estos libros deviene de su condición de considerárselos inspirados por Dios.
Estructuralmente “la biblia” se divide en dos partes llamadas: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
La palabra testamento significa Alianza, por ello también podemos hablar de Antigua y Nueva Alianza .
En el antiguo testamento se relata desde el origen del universo, pasando a su vez por las diversas instancias que constituyen la historia de este pueblo de origen mesopotámico.
Paralelamente aparecerá aquí el conjunto de leyes de la religión hebrea y se relatarán las diversas instancias de la relación del pueblo hebreo con su Dios.
Por medio de esta Alianza el pueblo judío se compromete a ser fiel a Yahvé y éste a su vez otorgará protección, tierra y descendencia.
El pueblo judío asigna carácter sagrado a esta parte de la Biblia llamada Antiguo Testamento.
En el Nuevo Testamento o Nueva Alianza, ocupará un lugar fundamental la figura de Cristo, considerado por algunos como el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento.
Importante espacio en el Nuevo Testamento lo ocuparán los Evangelios que en número de cuatro proporcionarán diversas versiones del nacimiento, vida y pasión de Cristo.
Esta parte de la Biblia es considerada sagrada sólo para los Cristianos y no por los hebreos, puesto que para ellos, Jesús no es el mesías anunciado.
Para la comunidad cristiana ambos testamentos revisten carácter sagrado.





                                                 

FICHA AUXILIAR PARA EL ESTUDIO DE LA "DIVINA COMEDIA"

FICHA AUXILIAR PARA EL ESTUDIO DE DIVINA COMEDIA



TÍTULO: Originariamente Dante llamó a su obra “La Comedia”.  Este título obedece a dos razones: 1- No puede existir la tragedia en una obra que culmina en el paraíso.  La existencia de Dios no da lugar a lo trágico; y 2- está escrita en lengua vulgar y no en latín, como se acostumbraba en la época.
Con el tiempo, se atribuye a Bocaccio, poeta contemporáneo de Dante, el agregado del adjetivo “divina” en función de su temática religiosa.
En una carta de Dante dirigida a Can Grande Della Scalla, el poeta declara haberla llamado “comedia” porque tiene un comienzo turbio y agitado (infierno) y un final sereno y tranquilo(paraíso).

ARGUMENTO: La trama es simple: Dante perdido en las selva oscura, representativa del pecado, recorre vivo el mundo de los muertos según la concepción cristiana.
De acuerdo a esto comenzará su itinerario en el infierno, seguirá en el purgatorio y culminará su trayectoria en el Paraíso.  En las dos primeras regiones será conducido por el espíritu del poeta latino Virgilio, que simboliza la razón y en el último tramo lo acompañará el espíritu de Beatriz, que representa la fe cristiana.  Su itinerario es típicamente cristiano, parte del pecado, transita por el purgatorio para expiar sus culpas y es definitivamente recibido en el Paraíso.
En esta obra Dante aparece como narrador, creador y  protagonista; la obra será planteada en primera persona.
En las distintas regiones, el poeta habrá de encontrarse con diversos espíritus, algunos precedentes del mundo real y otros que sólo son mitos.

ESTRUCTURA: Estructuralmente es de una simetría rigurosa.  Está compuesta por 100 cantos, número considerado perfecto.  Estos cien cantos se distribuyen de la siguiente manera: 1- el primer canto que ofrecía de introducción
2- 33 cantos destinados al tránsito por el infierno
3- 33 cantos destinados al tránsito por el purgatorio
4- 33 cantos destinados al tránsito por el paraíso.
Se nota en toda la obra una preocupación cabalística por parte del autor, el cual insiste en varias oportunidades con el número tres y sus múltiplos.  El número tres tenía gran importancia en el cristianismo, derivado de la Santísima Trinidad: el padre, el hijo y el espíritu santo.
Tres son las regiones recorridas ---33 el número de cantos destinado a cada una de las regiones
9 círculos tendrá el infierno
9 cornisas tendrá el purgatorio
9 cielos tendrá el paraíso

Todos los cantos 33 de cada una de las regiones termina con la palabra “estrella”.
Toda la obra está escrita en tercetos, menos los últimos versos de cada cántica que son cuartetos; en total hay 3 cuartetos en toda la obra.

INFIERNO: Es la región de los condenados eternos; allí reina el dolor y la desesperanza.  No existe posibilidad alguna de salir de él.  Dante proporciona un lugar físico para el infierno.  Es este un enorme abismo en forma de cono invertido que llega hasta el centro de la tierra.  ) terrazas o círculos constituyen esta zona.  El orden de estos espacios tiene que ver con la gravedad del pecado.  A medida que se desciende, el espacio es menos, pero el dolor aumenta.  El último círculo es el reino de LUCIFER y aguarda a los traidores.

PURGATORIO: Es un lugar transitorio; allí las almas llegan a purificarse y tienen la esperanza de alcanzar el paraíso.
Según Dante, el purgatorio es una altísima montaña que se yergue en una isla ubicada en el océano austral, en las antípoda de Jerusalén. En este caso, a diferencia de la región infernal, el trayecto es ascendente.  Está dividido en dos secciones preparatorias y 7 terrazas ascendentes y se formó por la tierra que se abalanzó fuera del infierno por horror, Lucifer.

FICHA AUXILIAR PARA EL ESTUDIO DE LA "DIVINA COMEDIA"

FICHA AUXILIAR PARA EL ESTUDIO DE DANTE ALIGHIERI




DOLCE STIL NOVO


Antecedentes:
-Poesía provenzal: Originaria de Provenza, sur de Francia durante el siglo XII
Provenza, en el siglo XII estaba ligada cultural y políticamente a España.  Es el momento en que España conquista al mundo musulmán y mantiene las cortes más fastuosas y oriental izadas de Europa.

Las cortes se preciaban de sus cantores: moriscos, cristianos o judíos.
Los juglares provenzales llevaron de España el laúd, la viola, innumerables canciones del repertorio español.
Los señores feudales otorgan las máximas atenciones a la poesía, transformándola en cortés y estableciendo su modelo.
La poesía provenzal, elevada de rango habrá de diferenciarse de la poesía popular.
El vocabulario ya estaba establecido, cada frase del amor se inscribía en una escala metódicamente graduada, conforme a un protocolo erótico.

-Poesía trovadoresca: La poesía trovadoresca eleva la pasión amorosa y diviniza la figura femenina.  Lo divino y lo erótico se mezclan: “plazca a Dios que reina sobre el mundo que ella pueda gozar” (Bernard de Ventadorn),
Hacia 1229 por influencia de la iglesia católica esta poesía de “amor sensual” habrá de cantar al amor según la moral cristiana.  Estos trovadores de la decadencia transportan las fórmulas y las convenciones de la poesía erótica y la aplican a la materia religiosa, por la simple sustitución del nombre de la dama por el de la virgen.
Es una poesía amorosa, suspirante, con amantes lánguidos que lloran los desdenes de la dama de sus pensamientos.  Esto coincide con la consideración social que tiene la mujer que comenzó a actuar como juez de la bravura, la audacia, y la galantería que junto con el honor masculino constituían los caracteres de la sociedad aristocrática.  En estos torneos de arte poético, el trovador suplanta al juglar y aparece como un caballero.
El ser poeta será entre los aristócratas un sinónimo de nobleza y una forma de mostrar su talento.  La poesía se va a tornar más técnica y retórica.

L poesía trovadoresca italiana:- A mediados del siglo XIII la poesía italiana toma dos direcciones muy diferentes: 1- una poesía que se aparta del lenguaje artificioso del amor cortés, orientándose hacia la alabanza sencilla y natural de la creación como huella de la divinidad Ej. “Cántico de las creaturas” San Francisco de Asís.
2- una poesía refinada heredada de la provenzal de la que imita los temas y la complejidad artística de la norma, aunque vacía de toda inspiración.  Su mayor mérito es haber inventado el soneto.

DOLCE STIL NOVO_: De las dos direcciones de la poesía italiana surgirá el dolce stil novo siendo GUIDO GUINIZELLI su precursor y Bolonia su tierra de origen.
Esta poesía nueva será más dulce, sencilla, natural y sincera.  Cantará con mayor nobleza el amor y la mujer que se eleva hacia una nueva idealidad: la nobleza del alma no depende de la clase social sino únicamente de la nobleza de corazón y de las virtudes estrictamente personales.
La nueva poesía presentada por Guido Guinizelli, se planteaba interrogantes acerca de: ¿qué es el amor? ¿cómo nace? ¿qué fenómenos le acompañan en el espíritu al nacer? ¿cuáles son sus propiedades, su potencia, su esencia y sus manifestaciones?.
La mujer que cantan estos poetas está muy lejos de la DONNA de los trovadores a quien se servía como una señora feudal.  En la idealización femenina del DOLCE STIL NOVO  se refleja el culto a la virgen María renovado en esta época.  La contemplación de la belleza femenina eleva espiritualmente al hombre.  Todos los espíritus tiemblan frente al poder del amor y todo el ser se transforma en su esclavo, de tal modo que solamente la muerte puede sobrevivir como supremo éxtasis y liberación.

DANTE ALIGHIERI – BREVE RESEÑA DE SU VIDA –

Nace en un pueblo junto a Florencia (actual Italia), San Martino del Véscobo a fines de mayo de 1265.  Florencia aparece por este tiempo dividida en dos bandos políticos llamados los güelfos y los gibelinos.  Su padre es abogado y pertenecía a una familia de ascendencia noble aunque venida a menos.  De su madre tan sólo se sabe que se llamaba Bella y que morirá cuando Dante es muy pequeño.
La familia de Dante perteneciente al partido güelfo, es obligada a salir de Florencia luego de la batalla de Monteaperto que se consagra una victoria para el partido gibelino.
En 1274, a los 9 años de edad, ve por primera vez a BEATRIZ de PORTINARI.
Por ese entonces su padre se casa en segundas nupcias y Dante queda un tanto abandonado y solo, hosco y agresivo.  Esta necesitado de compañía y se le presenta aquella niña vestida de rojo, cual si fuese un sueño.  En “LA VITA NOVA” dirá: “...mi espíritu quedó tan preocupado que fue inhábil para todo, entregado por completo mi pensamiento al de la hermosa y gentil criatura”.
En 1277, de acuerdo a la costumbre, su padre arregla su casamiento con Gemma Donatti, el cual habrá   de efectuarse en 1285.  En 1290, Beatriz, que ya se había casado con otro hombre, muere en el mes de junio.
El vínculo entre Dante y Beatriz fue siempre muy fugaz en el plano de la realidad.
Beatriz crecerá en el interior de Dante y su figura se hará inmortal en “LA VITA NOVA” y como conductora de Dante en el paraíso en “LA DIVINA COMEDIA”.
En su vida de adulto, el poeta se comprometerá con sus ideales políticos lo que acarreará una condena de exilio en 1302.  El partido al que pertenece: el güelfo, se había subdividido en dos fracciones, los negros y los blancos, que al igual que antes: gibelinos y güelfos, enlutaban y dividían Florencia.
En 1326 se trasladará a Rávena y morirá en esa ciudad en la noche del 13 al 14 de setiembre de 1321.
De sus obras debemos citar: “La vita nova”, “el convivio”. “De monarquía” , y por supuesto “La divina comedia”.
Esta obra comenzada en el exilio es la suma de todos sus conocimientos, de todas sus experiencias, expresa también sus esperanzas y rencores políticos y es representativa de toda su época.



CARACTERES DE SU ÉPOCA:

De acuerdo a las fechas dadas podemos ubicar a Dante en el período denominado Baja Edad Media.  Este período de algún modo preanuncia los cambios que luego surgirán en el Renacimiento.  Esto sobre todo se daba en Florencia quien luego en el siglo XV se convertirá en uno de los centros culturales más importantes del período renacentista.
En la Baja Edad Media, la admiración consciente por los antiguos sustituye al respeto tradicional y pasivo.
Se proclama la libertad y pasan a segundo plano los fines religiosos, políticos y orales; lo sustancial estriba en lo que la obra tiene de propio e intransferible.
La historia de Italia, durante una parte de la Edad Media se basó en quienes la conquistaron.  Luego vino la época de la libertad y de la cultura.
Las tradiciones romanas tienen gran importancia política en la época de Dante.
El fundamento de la tradición estaba en “La Eneida”, obra escrita por el poeta latino Virgilio, quien habrá de aparecer en “La Divina Comedia” como conductor de Dante en el purgatorio y el infierno.
En “La Eneida” se contaba la travesía de un héroe troyano, Eneas, considerado el fundador de Roma.
“La Divina Comedia” es también una profecía oculta que  se refería a la Iglesia y al Estado.  Las dos potencias eran para Dante como pasa toda la Edad Media, obra de Dios, pero estaban corrompidos y necesitaban una reforma.  La Iglesia debía renunciar al poder y al ansia de poder, debía convertirse en la Iglesia del espíritu.
La comedia representa al mundo medieval y sus conflictos intelectuales y espirituales.  Por estos tiempos, la filosofía, el derecho y las nuevas ciencias disputaban la primacía de la teología.
Dante preocupado seriamente por reflejar la verdad de la religión, se propuso defender el punto de vista teológico y mostrar los problemas que la razón plantea a la fe.  Sin embargo, paradójicamente, su camino empieza por al razón.








"LA ORESTÍADA"

LA ORESTIADA


En el año 458 a.c. presentó Esquilo al concurso de las Grandes Dionisíacas atenienses una trilogía compuesta por :”Agamenón”, “Las Coéforas”, y “Las Euménides”.
Esta trilogía  descansa, argumentalmente, en la historia del regreso de Agamenón luego de la guerra de Troya, y su muerte a manos de su esposa Clitemnestra, instigada por su amante Egisto, la venganza que toma Orestes de aquel crimen, su posterior locura y purificación a que lo somete el dios Apolo como rey de la ciudad de su padre.
Es necesario recordar que la tragedia fue concebida como la dramatización de un ejemplo de hybris (soberbia) castigada.  En este sentido, el esquema de “La Orestíada”. Es el siguiente:  Agamenón: el héroe es abatido como castigo de su soberbia, reiterada durante la guerra de Troya; pero sus matadores cometen a su vez el mismo pecado, al usurpar con la suya la justicia de los dioses.  “Las Coéforas”: castigo de la hybris de Egisto y de Clitemnestra por Orestes que, a su vez, es contaminado por la misma culpa , “Las Euménides”: disolución de la culpa de Orestes a través de la locura, quien se salva a sí mismo y salva a los suyos.  Con el juicio de Orestes queda abolida la Ley del  Talión y la venganza privada, sustituída por la ley de la ciudad, la Constitución de Atenas, y los juicios públicos con tribunales elegidos entre los ciudadanos atenien
ses.
Resumiendo: tres casos de hybris castigada (Agamenón, Egisto, Clitemnestra) con lo que la trilogía aparece como un conjunto de paradigmas (ejemplos) sobre el poder de la justicia y la fuerza ineludible del Destino.  Con esto se explica el carácter trágico de la obra.
                        Creación de un tribunal de justicia que sustituye la antigua Ley del Talión y la venganza privada por un cuerpo de leyes a las que se les atribuye un origen divino.

AGAMENON


De acuerdo con la definición de tragedia, el conflicto de este drama no puede ser otro que la lucha de sus personajes centrales contra el destino.  Por eso, el primer paso consiste en saber quién es el protagonista de la tragedia.  De acuerdo con el título parecería señalarse a Agamenón como tal; pero el rey no es sino el agente que utilizan el destino y los dioses para poner a prueba a Clitemnestra.
El personaje central de “Agamenón” es Clitemnestra.  Su esposo es sólo el motivo accidental usado por el destino para  ponerla aprueba y perderla en el caso de que no resista el impulso asesino cuyo origen está en su adulterio.  Si se cree a salvo de la justicia y la desprecia, será castigada.
Conviene aclarar que el exceso fundamental de Clitemnestra consiste en usurpar el lugar de la justicia divina, a cuyo cuidado estaba el castigo de Agamenón por sus excesos.  Pero también ha usurpado ella el lugar de Egisto como vengador de Tiestes.
Esta usurpación de la justicia divina y humana constituye el exceso  de Clitemnestra que, a la postre (“Las Coéforas”) le atraerá su propio castigo.

CLIMA

Se denomina clima dramático al conjunto de elementos (escenografía, situaciones, lenguaje, recursos escénicos, etc.) destinados a crear en el espectacular un estado psicológico apto para la contemplación y comprensión del drama.
En “Agamenón” el clima es de espera.  Ya en la escena inicial, al vigía así lo indica, no sólo porque está aguardando la llegada del rey , sino porque hay una espera más importante: la revelación del secreto que dice poseer con respecto a lo que ocurre en el palacio.
El tema del secreto se transforma en el principal agente climático de la tragedia y sobre él convergen los parlamentos del coro y las palabras de Clitemnestra.  Este clima llega a su momento de máxima tensión durante los primeros cien versos del episodio III, antes de la revelación definitiva, por parte de Casandra, del crimen.
Concluída la acción de este, el tema de la espera se proyecta sobre el profético anuncio del regreso de Orestes, encadenándose así  con la pieza siguiente de la trilogía.
Como variante del tema del secreto está el tema del engaño, que circula  también desde las primeras escenas, en la alusión al rapto de Helena y se extiende hasta la peripecia.

EPISODIO I
 Clitemnestra anuncia al coro que la ciudad ha sido tomada.  Los centros del episodio  son dos largos discursos de Clitemnestra.  En el primero, dice cómo ha llegado a Argos la feliz noticia.  Se trata de un bello discurso poético sobre la llama, vista como un ser vivo.  Aparece como un fabuloso animal que corriese, saltase o se arrastrase alternativamente.  Esquilo tiene una emoción particularmente  primitiva de los fenómenos de la naturaleza.
En el segundo discurso, Clitemnestra dice temer que los aqueos hayan pecado en Troya.                            
Deberían guardarse de cometer crímenes, de realizar saqueos y ofender a los dioses tutelares de la ciudad.  Estos temores son sus deseos disimulados.  Cuanta mayor sea la hybris de Agamenón, mayor razón tendrá Clitemnestra para determinar su muerte.

EPISODIO II
El mensajero Taltibio es el primer aqueo que regresa de la cuidad saqueada.  Taltibio se extiende, en un discurso inicial, en la expresión de su amor al suelo natal.  Su mayor deseo, dice, ero morir en Argos.  Cuenta luego cómo ocurrió la caída de la ciudad, y comprendemos que todos los crímenes han sido cometidos.  Clitemnestra adivinó bien cuál iba a ser la conducta de un ejército poseído por la alegría desenfrenada de la victoria

EPISODIO III
Corresponde a un momento importante en la realización del planteo del conflicto, toda vez que en ella se enfrentan Agamenón y Clitemnestra, abocándose ambos al cumplimiento de sus respectivos destinos: el rey y su esposa, la culpa.
Este encuentro está precedido por el largo relato del heraldo (ep.II) preparatorio de la entrada de Agamenón.  Le seguirá el episodio de la muerte violenta de este.
Está compuesto sobre la base de un discurso del coro y dos pares de discursos, entre los cuales tiene un dialogado rápido verso a verso de Agamenón y Clitemnestra, de tono enérgico y cortante.
Llega Agamenón, y el coro lo saluda con expresiones de cálido homenaje.  Retacea, sin embargo, su elogio, recordando que condenó su acción cuando llevó al pueblo a la guerra.  Se muestra dispuesto, sin embargo, a olvidar , ahora que todo ha terminado con felicidad.  Aunque no puede hablar claro, lanza al rey una tímida advertencia: el tiempo y la experiencia le enseñarán a descubrir a algunos ciudadanos no honrados.  En otro trozo sugestivo de su primera intervención, el coro habla de seres que esconden sus verdaderos sentimientos.  Es una nueva alusión a la hipocresía de Clitemnestra.
El primer discurso de Agamenón presenta una figura antipática: el rey está totalmente ebrio de sí mismo.  Rememora con delectación las escenas del saqueo, y le parece ver aún el humo de los incendios y el huracán de la desolación.
Recoge la advertencia del coro, pero su fatuidad lo pierde.  Dice que sabe ya de la existencia de seres hipócritas, y que sobre ellos lo ha aprendido todo por sí mismo.  La referencia a la fidelidad de Odiseo se explica según una leyenda, en la cual se fingió loco para no acompañar a los aqueos a la guerra, ya que estaba recién casado.  Una vez en ella, sin embargo, señala Agamenón, fue el mejor de sus colaboradores.  Cuando se refiere a los ingratos , puede verse una velada acusación a Aquiles: recuérdese al respecto la situación planteada en el canto I de “La Ilíada”.
El discurso de la reina no está dirigido a Agamenón, como era de esperar, sino al coro y , a través de este, habla al rey.  Este detalle ya nos muestra cómo es la actitud de aquélla, que no enfrenta directamente a su próxima víctima.  Recién se dirigirá a Agamenón para explicar la ausencia de Orestes.  Las partes de su discurso son la siguientes:  1)  EXORDIO  explica porqué va a tratar intimidades de su propia vida, sin sentir pudor al ser escuchadas por ajenos.
2)     NARRACIÓN  o parte expositiva del discurso, en la que Clitemnestra explica los motivos de su conducta, especialmente con Orestes, esta narración contiene al mismo tiempo la argumentación, no de toda su conducta sino la relativa a su hijo .
3)     PERORACIÓN  aquí se acumulan los elementos patéticos del discurso, destinados a conmover, por un lado, a su víctima y, por el otro, al coro, que aparecería aquí como el juez de esta contienda que se inicia entre ambos esposos.  El pasaje está construido sobre una serie de metáforas encadenadas, destinadas a engrandecer al rey con respecto a su hogar. Los versos  finales dirigidos a las esclavas, tienden a enlazar este discurso con la escena que le sigue.  Estos versos, de sentido oscuro, son una mención oculta  de sus propósitos, a los que coloca bajo la protección divina.
Clitemnestra no se avergüenza de mostrar públicamente su amor al rey, no se sonroja de mentir frente a los ancianos.  Presenta rendida prueba de su fidelidad, y llega a comentar que su angustia la llevó más de una vez a intentar el suicidio.
Al final del discurso hay un verdadero desafío, y hasta una casi confesión.  Lo que el destino ha dispuesto se cumplirá a su hora, proclama, y queda a su cuidado y a la ayuda de los dioses.  En estas palabras amenazantes ha de verse un auténtico placer en arriesgar su propia seguridad.  Quizá la reina se justifica más, así, a sus propios ojos.
Agamenón  recibe fríamente todo este torrente de palabras.  Hasta hace una broma, señalando que el discurso de reencuentro ha sido tan largo como toda la guerra.  Es parco y severo, en contraste con la locuacidad de Clitemnestra, comentada por el rey sobriamente.Se nota en sus palabras la misma falta de afecto que se señala en el de aquella.  Los dos primeros versos contienen  una fórmula de tipo homérico para llamarla (“hija de Leda”) y un elogio (“guardiana de mi casa”)  que constituye una ironía trágica, destinada a señalar cómo el rey ha sido engañado por su esposa.  El cuerpo central del discurso alude a los honores propuestos, que rechaza por excesivos e impíos, abundando en razones para no aceptarlos con expresiones lacónicas, de sentido moral y universal.
Rechaza luego la invitación a entrar al palacio sobre púrpuras, pero la acumulación de razones que abonan su negativa está denunciando claramente su tentación.  El mismo se ve incapaz de alejar el pensamiento de esta imagen que acaricia  a su soberbia..
El último verso señala que no es falta de deseo, sino de valor para emprender esta acción que ha considerado impía, lo que le detiene, con ello deja la puerta abierta para la segunda parte de la escena.
Sigue una discusión, en la Clitemmnestra se muestra mucho más inteligente que su marido.  Este decía temer a los dioses, pero ella ironiza sobre su temor al pueblo, juez al que Agamenón debería a su juicio desafiar.
La reina le hace pensar, también, en lo que Príamo haría si estiviese en la situación de un triunfador.
Un verso pone fin a la disputa, al pretender Agamenón hacer pasar su aceptación como una gracia concedida a su esposa.
El discurso del rey es una aceptación condicionada de los honores, que deja traslucir una cierta avaricia.  Luego alude a la presencia de Casandra a quien presenta como botín de guerra regalado por los argivos, es decir, él no es responsable de su presencia.  Finalmente parece obrar impelido por la necesidad, que se presentaría como voluntad de no querellarse  con su esposa.
La réplica de Clitemnestra interesa solamente  al final.  Primero rechaza las sospechas de su esposo respecto a la legitimidad de su acto y, luego, cuando aparentemente el rey ya ha salido de escena, y en forma oscura, presenta sus propósitos.  Los dos versos finales constituyen una oración a Zeus, para que propicie su acción, y responsabilizándolo de concluir una tarea que él mismo ha comenzado trayendo vivo a Agemenón a su patria.