miércoles, 30 de marzo de 2011

Literatura griega

                                    LITERATURA GRIEGA


Los grandes períodos de su historia


Las influencias extranjeras han actuado sobre el genio griego, sin brusquedad ni violencia.  Es indudable que los griegos han aprendido mucho de las otras naciones.
Deben a los fenicios la escritura; la música a los pueblos del Asia Menor y, además, algunas ideas religiosas que han desempeñado un papel importante en su vida moral; Egipto, Persia, Roma, les abrieron, unos después de otros, nuevos horizontes; y ellos aprovecharon sus relaciones intelectuales con todos los pueblos con los cuales se pusieron en contacto.
Por importante que hayan sido los préstamos hechos a las civilizaciones extranjeras, jamás aceptaron una forma literaria hecha, venida desde afuera.  Diferencia profunda entre su literatura y la de los romanos, por ejemplo.  Entre estos últimos, la epopeya, la tragedia, la comedia, la elegía, la poesía lírica, el arte oratorio inclusive, en una palabra, TODOS los géneros literarios, fueron importados desde Grecia, ya organizados, provistos de tradiciones y sometidos a reglas.
Los griegos jamás adoptaron un género literario ya constituido.
Cuando los griegos hicieron poemas épicos por primera vez, odas, tragedias, no tenían ante los ojos ningún modelo de tragedia, oda ni epopeya.  Por consiguiente, nada trababa su fantasía. 
Distinguiremos cuatro períodos en la historia: --- jónico-dórico
                                                                          --- ático       
                                                                          --- alejandrino
                                                                          --- romano

Período jónico-dórico


Es en Jonia, sobre las riberas del Asia Menor, que se revela el genio griego con sus primeras creaciones.  Entre el siglo X y el VIII , los cantos épicos suceden a los himnos.
La poesía de Jonia es heroica; pero suscita en el continente griego, otro género épico con finalidades didácticas. Estas dos clases de poesía, representadas eminentemente, una por Homero y la otra por Hesíodo, colman toda la primera parte de este período.
El desarrollo de la imaginación constituye pues, el carácter principal de la literatura de esta época.
La poesía hesíoda, manifiesta ya un nuevo deseo de exactitud, de verdad moral e histórica.
Este progreso se intensifica en la poesía lírica, que se anuncia desde la primera mitad del siglo VIII y domina hasta fines del siglo VI.  Sentimientos más personales, un hábito de pensar más maduro, un juicio más firme, dan nacimiento a la elegía.
Al final de este período, aparecen dos hechos nuevos: la prosa y la filosofía.  Todavía no poseen sino una importancia muy secundaria, pero sus primeros ensayos, alcanzan para demostrar que el genio griego va a entrar en una fase nueva de su desenvolvimiento.



Período ático


Bajo la influencia predominante de Atenas se cumplió este enorme progreso.  Desde el año 510 A.C. , Atenas se organizó en su estructura democrática. 
Se transformó en la mayor ciudad comercial y, al mismo tiempo, en el principal foco radiante del mundo helénico.
La gran creación poética de esta época, es el drama, bajo sus diferentes formas, tragedia, comedia, y drama satírico.  De la misma manera que, en el período precedente, el lirismo sucedió a la epopeya por el progreso natural de la reflexión, ahora el drama ocupa el lugar de la poesía lírica, que pasa a segundo plano.  Nacido en el siglo anterior, este género nuevo se organiza con Esquilo y alcanza su perfección con Sófocles y Eurípides.   La comedia sigue, por así decirlo, paso a paso, la trayectoria de la tragedia.  Se organiza en la primera mitad del siglo V, reinando con brillo durante toda la segunda, gracias al genio de Aristófanes y Eupolis.
La prosa, aparecida recién a fines del período jónico-dórico, se perfecciona rápidamente en la primera mitad del período ático.
Al mismo tiempo que se convierte en un notable instrumento de análisis, se presta para todas las necesidades de una exposición, que tan pronto se contenta con la precisión y la claridad, como tiende al efecto dramático
La filosofía, desde fines del período jónico-dórico, se había manifestado con audacia y grandeza, sea en la prosa, sea en la poesía.  Al comienzo del período Atico, ya más madura, rompe con la poesía y se establece, por así decirlo, en el corazón de la sociedad cultivada.  Su influencia es enorme en la época de Sócrates y mayor aún en el siglo IV.
Con Aristóteles, vemos a la filosofía transformarse en una ciencia.
Así, durante los dos siglos del período ático, vemos que la prosa sustituye a la poesía y la reflexión se impone ante el juego ingenuo y espontáneo de las facultades naturales.  Sin embargo, la poesía subsiste aún en el siglo IV.

Período alejandrino


Las conquistas de Alejandro, terminan con el predominio político de Atenas, y, por consiguiente, con su supremacía literaria.
Bruscamente, el mundo griego ve retroceder sus límites y ensancharse su horizonte.
Alejandría, edificada por el conquistador, se transforma en pocos años en una de las más grandes ciudades del mundo. Se la reconoce, entonces, como el foco principal de la alta civilización griega.
En el transcurso del segundo siglo A.C., Roma crece día a día y su sombra se extiende sobre el mundo griego.
En el año 146, Grecia se convierte en una provincia romana, y los griegos letrados o sabios abandonando su patria, afluyen más y más hacia sus nuevos amos.  Pero desde el final de este siglo, Roma es realmente el centro del mundo civilizado.
Los dos siglos que constituyeron juntamente este período, marcan la última fase de la evolución del genio griego.  Entonces es que se ejercita, sobre todo en la investigación y el razonamiento.  Se destaca en las matemáticas , se entrega con pasión a la filosofía y a la erudición, transformando a la poesía en un campo de combinaciones ingeniosas, del que está completamente ausente la fresca inspiración.
En todos lados se fundan bibliotecas.

Período romano


A partir de mediados del siglo I, comienza en la historia de la literatura griega, un nuevo y último período, que podemos denominar romano, pues entonces Roma domina al mundo entero.
El genio griego no posee ya ninguna nueva facultad para revelar.  Se vale, más o menos felizmente, de su experiencia lentamente adquirida, y aún produce muchas obras notables pero en  las cuales predomina la imitación del pasado sobre el presente.
El siglo de Augusto, para los griegos, es un siglo de historia y de crítica.
Después de este esplendor, la declinación se manifiesta de una manera definitiva.
La historia desaparece inmediatamente, o por lo menos deja de ser, como arte y como ciencia.
La filosofía es quizás lo más notable de la época.
En este último período, aparecen los escritores y oradores cristianos, luego los apologistas del siglo II, hasta los grandes predicadores del siglo IV.

Jamás, durante todo este tiempo, la raza griega se encontró agrupada y constituida en condiciones firmes, de independencia y unidad moral, que le permitiesen reponerse.
Nada prueba que, si esas condiciones le hubiesen sido ofrecidas, no hubiese podido, renovar sus tradiciones y rehacer, poco a poco, un conjunto de ideas y sentimientos nuevos; en una palabra, recomenzar una segunda evolución análoga en profundidad y grandeza, a la primera.  El Cristianismo podía transformarse en la ocasión natural de ese desenvolvimiento y, por un instante, pareció, durante el siglo IV que eso iba a producirse.
Pero el Cristianismo encontró su centro en el Occidente, y el Oriente, en lucha con los Bárbaros, Persas, Búlgaros, Godos y, más tarde Árabes y Turcos, jamás vio establecerse en su seno, un estado de cosas que permitiese un renacimiento helénico.
No hay que apresurarse pues, en decir que la literatura griega murió, porque el espíritu griego estaba agotado.  La verdad es que siempre le faltó la oportunidad de emplear sus recursos para recomenzar una nueva vida.  El desenvolvimiento de una literatura es, en suma, el de una tradición; Grecia creó, una, auténtica que condujo gloriosamente a su termino natural, a través de una serie de fases regulares.  La fortuna le rehusó los medios de constituir la segunda.

                                                                         (


              (MATERIAL EXTRAÍDO DE “INFORMACIÓN GENERAL DE LA LITERATURA GRIEGA”
                                                                           MAURICIO CROISET)



                                                                      
                                                                         

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